¿ la precaria costumbre de ser algo en este mundo de espejos?
esa vana apariencia de gato
de pelusa
de intentar ser como la noche
como el tiempo adentro de una piedra
como la mano que se dobla
como el ojo que parpadea y está ciego,
y ahora resulta que tengo que ser algo,
y no puedo ser este triste reflejo de nadie
este tumulto de huesos
este culo grosero
e inane
estas ganas de ser arena
y olvido
y pedacitos de papel arrugados,
ahora resulta que debo parecer por lo menos normal,
no puedo ser diente
o una cadera
un alfil
o el rey que cae
ni siquiera un diente de león
o una nube
no,
no puedo ser el abismo en el que caigo
ni el humo
ni las llaves
ni el álgebra ni el vino
tengo que simular estar vivo
e ir por las calles fingiendo que el mundo anda bien
acaso siquiera respirar un poco
y que nadie sepa que vivo
dentro de una piedra que flota
en el aire.
II
¿Y qué importa si estoy vivo o muerto?
¿qué importa si domingo o martes?
Si soy pobre o tuerto
A mí, me falta todo,
el alma ya es del diablo
y solo me queda este cuerpo
que parece ser de sal,
que respira,
que caga,
que siente como todo se diluye
este cuerpo de huesos
de carne,
con pelos
solo me queda mi sexo
y mis impúdicas ganas de ser nadie.
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