de mí mismo, la ausencia que deserto,
el eco del silencio de mi grito.
Mirada que al mirarse se congela,
haz de reflejos, simulacro incierto:
al penetrar en mí me deshabito." Octavio Paz- pequeño monumento
Todo se devela en su caída.
El abismo en el que caigo
es otro hueco
en la memoria
de este olvido
que es el mundo.
Estoy abierto
como un bandera ciega
mi cuerpo flota
en la levedad
de existir
No quiero pensar
ni absorber...
Demócrito se arrancó los ojos
para que el mundo no lo distrajera,
Demóstenes hablaba
con piedras en la boca
y gritaba al Mar
En su tartamudez.
Ficción desbaratada
agua de las cosas
que nos sumerge
en su precariedad.
Aquí y ahora,
todo deviene
en sus mil instantes, que
son ninguno.
Ya me arranqué los ojos y las manos
y sigo viendo
y sigo sintiendo
este fuego y este espanto,
Ya me arranqué las ganas,
las uñas
la sangre
y las arterias
y siego siendo el mismo,
el otro
que me mira
cuando duermo
y respiro
el otro
que fatiga
el hechizo de las sombras
el otro
que no es nadie y eres tú
y mi cara
y mi soledad
y mi muerte.
Dante y Virgilio en el Infierno. Por William Adolphe Bouguereau, 1850. |
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