Mientras iba en un autobús a Pereira sumaba números al azar que veía en las calles y automóviles, la suma de sus cifras siempre era 8. Cuando llegué a esta ciudad, en una sala de espera había un periódico el cual abrí en un alguna página donde decía: " Mientras el hombre piensa, dios se está riendo".
Voy por las calles
sumando números
corredores infinitos
avenidas circulares
edificios kafkianos.
Voy
buscando
entre las cosas
un secreto nombre
un patrón
misterioso
que nos antecede
voy sumando
con cautela
los números del cosmos
solo veo símbolos
y letras
y un orden
prodigiosamente
caótico.
El sentido
es esa magia
del que será,
el sentido
es todos los sentidos
multiplicándose
y yace en papelitos
enrrollados
es una moneda,
un bastón
unas llaves
un espejo
una bola de pelo
un beso
un amante
una roca;
Todo guarda
una remota historia,
una cara lejana
en el olvido
un espejo roto
y triste.
Voy por ahí
entre las cosas
sumando números
y sé
que dios
se está riendo
de este mugroso azar.
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