son mi suerte
succionar
cada minucia maldita
cada humedad innúmera
y vacía.
Penetrar el instante
y hundirme en tu carne
tu selva que yace dormida
y palpita con un apretado
aroma genital
y mi lengua se retuerce
en los espacios inexistentes
y mis dedos
se hunden
en tus ojos
y mi cuerpo se sumerge
y se atraganta
nos encontramos
respirando confundidos
Y tus manos
se cierran
en mi pecho.
Fotografía Por Sabrina Dacos |
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