¿Recuerdas cuando te dije que te había soñado?. Aún no sabía tu nombre y el sueño te había traído como la espuma del mar, el susurro que estremecía los árboles decía tu arcano nombre. Había soñado tus ojos grandes y redondos como la noche, había soñado tus manos largas y distantes, tu voz que parecía un murmullo en las profundidades. Estabas tan lejos, sumergida como las piedras en el fondo de un río. ¿ Qué podría parecerse a tus pasos leves en la niebla eléctrica del caos? ¿ cómo podría encontrarte fuera de las horas, fuera de mis ojos que sólo veían tus incontables y proteicas formas?.
Ahogada en el agua de la clepsidra silenciosa, teñida de su tenue manto de incienso especular, parecías inalcanzable a mis palabras que tejen una malograda poesía.
Sólo quien escribe nuestra extraña suerte, entiende que realidad y ficción se cruzan en la delgada línea de lo sucesivo, de lo casual. Fue la casualidad la que te trajo como una tormenta de caracoles, como un suave cardumen de posibilidades. Fue el azar el que te trajo como un reflejo intocable, como un recordatorio de la belleza que nos hace libres.
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El nacimiento de Venus - Cabanel ( Detalle ) |
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