" un copo de nieve jamás cae en el lugar
equivocado" Antiguo Adagio Zen
He inquirido abiertamente los oráculos, he lanzado las monedas cuyos hexagramas arrojan mi terrible rumbo. En todos he visto tu rostro y tus manos dibujándome en la oscuridad. En todos he visto que te has desvanecido, que eres una niebla misteriosa, aparición mágica y eléctrica de mis ojos. ¿ No podré tocarte acaso si te hundes en tu vasta desaparición de reflejos?.
Los antiguos griegos creían en el destino como una trama tejida por unas
mujeres que urdían el designio de los hombres, ellas se hacían llamar las
Moiras, ni dioses, ni mortales podían desviar el curso del destino. Un
secreto hilo une todas las cosas del cosmos entendiéndose la trama no como una
línea temporal sino como un fractal de múltiples aristas, como una esfera cuyo
centro se encuentra en todas partes. Así en la mitología Budista una de las
parábolas más famosas para explicar la interconexión que existe entre todas las
cosas del mundo fenoménico y que determinan nuestro rumbo, es la red de
Indra; una red de telaraña que une millones de universos y cuyo origen y final
no existen y que es cimiento para explicar la teoría del "origen
dependiente". El destino entonces podría entenderse como la
suma de causas y condiciones que nos conduce por ese sendero cuya misteriosa
teleología se haya escrita en un lenguaje incomprensible y que muchos han
intentado descifrar en oráculos y artes adivinatorias.
Para los antiguos chinos, podría conocerse nuestro secreto designio, fue en el libro de las mutaciones o I-Ching donde se consignaron las 64 combinaciones y las múltiples variaciones que podría tomar el rumbo de una vida en un momento dado. Se lee en el I-Ching que un hombre sabio y receptivo sabe entender el significado de su propósito y así podrá atravesar las grandes aguas caudalosas. ( Hexagrama 60 y hexagrama 5 ) Sólo quien espera pacientemente podrá atravesar la tormenta. Esperar y observar cómo surge y se desvanece el universo en su sueño tejido, ver a través de los reflejos nuestra arcana suerte. Mi destino es esperarte en los oscuros pozos del Tártaro. Mi destino es vivir anegado en tu sombra luminosa, contemplar tu sueño de tigre dormido, tu vasto imperio en el espacio. Si algún día me abandonas, sabré que todo fue tejido y que las piezas de este gran rompecabezas siempre me llevaron a ti como un barco que parece estar perdido, pero siempre encuentra su rumbo.
Nota: todas las acciones buenas o malas que me han precedido y que he
hecho en el decurso de estos años, todos los pensamientos, todos los poemas
tenían una razón de ser y mi conclusión es que llegaste a llenar mis días
de luz, cuando siempre he estado en las sombras. Pido perdón a los dioses
terribles, y agradezco a las Moiras los incesantes tropiezos que me llevaron a
ti. Pido perdón, si mis tropiezos en el camino te hacen sucumbir ante
la duda o el desencanto. Sólo debes saber que nada importa, sólo el ahora con
su ápice infinito.
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Júpiter engañado por Juno - 1790 James Barry |
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