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"De todo lo escrito yo amo sólo aquello que alguien escribe con su sangre. Escribe tú con sangre: y te darás cuenta de que la sangre es espíritu. No es cosa fácil el comprender la sangre ajena: yo odio a los ociosos que leen." Nietzsche

"No hay Poeta por mediocre que sea, que no haya escrito el mejor verso de la literatura, pero también los más desdichados" Jorge Luis Borges

"La Nada está hecha exactamente de la suma de vidas por venir que no serán nuestras" Albert Camus


6/3/22

La filosofía del origen

La filosofía como madre de todas las disciplinas se ha ocupado de una de las preguntas más fundamentales; ¿ cuál el es el sentido de  la vida? Para Albert Camus, resulta ser la pregunta más esencial de todas e intenta darle una luz en su ensayo el mito del Sísifo. Desde la antigüedad se ha visto una gran cantidad filósofos que intentan dar respuesta a esta gran cuestión.  Muchas corrientes del pensamiento han llegado a una conclusión parecida; el sentido de todo consiste en volver al origen,  y al origen me refiero a lo fundamental;  una vida despojada de lo superfluo, de las aspiraciones materiales que nos distraen de la contemplación de la muerte y nos guían por el río de la inautenticidad.  A manera de Heidegger, vivimos un vida inauténtica; la vida moderna nos ofrece distracciones y una huida a la muerte, pero definitivamente necesitamos enfrentarnos a nuestra finitud y angustiarnos para darnos un sentido, nos relata este filósofo.

Para los los Sadhu adoradores de Shiva, el dios que rompe la Ilusión, es indispensable despojarse de todos los bienes materiales, vivir al mínimo, meditando y haciendo yoga, bañándose en el Ganges e incluso algunos de ellos, se bañan en el río con cenizas de muerto. 

Cuentan que Diógenes de Sinope, el antiguo filósofo cínico, andaba por toda Grecia con una lámpara , desnudo , buscando siempre la verdad. Despreciaba todo sistema filosófico, todo argumento racional que alejara al ser humano de la naturaleza, pensaba, que  toda riqueza,  toda institución, eran cosas superfluas que nos alejaban del verdadero sentido, distracciones ante nuestra certera mortalidad. Los cínicos vivían en su estado primigenio; desnudos, indigentes, sólo en la búsqueda de lo que consideraban auténtico.

No sé me hace raro que mi padre luego de esta terrible enfermedad, cómo un ritual, a las tres de la mañana se encuentre recorriendo los recovecos oscuros de la casa. Con sus pasos lentos y magnéticos propios de la marcha de un anciano, inspecciona el lugar con una pequeña linterna de juguete. Cada paso es un descubrimiento nuevo, va por ahí gritando con pasos torpes,  buscando a dios, increpando el mundo que lo ha olvidado , va por ahí tocando las paredes de este laberinto lineal y sin saberlo ha roto la ilusión de estar inmerso en el tiempo circular, sin saberlo ha superado la consciencia de la muerte y va por ahí , redescubriendo con nuevos ojos lo que hemos dado por hecho, ya que el  mundo siempre es nuevo y eterno cuando se sufre de demencia.


Una flor amarilla como el cuento de Cortázar, donde siempre existe una para los hombres inmortales.








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