solo no queríamos ver
tal vez éramos dos piedras
buscando un abismo donde caer.
Era la niebla instantánea lo que cubría
tu cuerpo
y esas manos que buscaba entre tu pelo que anhelaba
y tu perfume que parecía el aroma de la muerte
y tu sombra
que podría lamer
hasta convertirte en una caricia
en un pedazo de sueño.
Tal vez solo éramos los extraños
el encuentro de nadie con su cuerpo en cenizas.
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