La suma del azar en hexagramas
depara los instantes ya perdidos
del cosmos circular que nos deviene
el juego del azar es el destino.
Habremos fatigado los reflejos
del tiempo, las cavernas y la nada
seremos otro fuego que consume
la usura misteriosa de los días
del tiempo, las cavernas y la nada
seremos otro fuego que consume
la usura misteriosa de los días
¡futuro irrevocable que es pasado!
¡ el agua del presente: milenaria!
la mano misteriosa y la moneda
la mano misteriosa y la moneda
ya saben el destino de los hombres
la trama ya tejida de los dioses
¿acaso no habrá olvido ni esplendores?
¿acaso no habrá olvido ni esplendores?
La mano y la moneda son lo mismo,
deparan
el instante de otro azar
que ya es olvido.
El destino ya tejido
es el reflejo de esta mano
y la moneda:
anverso
sin reverso
envés
del todo estático
y errático,
Nadie escapa
del destino inextricable
ya fijado
por el todo
orgánico
relámpago-centella
oscura-claridad
que me detiene.
¿ para qué saber el futuro, si no lo podemos cambiar?
¿ Para qué si soy el muerto y la moneda
y aquel hexagrama la antítesis
mutada
entropía- dirigida ?
Si tiro la moneda
cae el mundo
y su destino,
si no lanzo la moneda
seré fuego
y piedra
o Heráclito en el río.
Si no lanzo la moneda
seré oro
o cangrejo
o la arena del desierto.
Si no tiro
el disco de cobre
que cae
en la boca del
que duerme en el Estigia
si no lanzo el instante
que es de arena
y obsidiana
que es de agua inmóvil detenida
si pulso el azar
para saber
aquello que sabemos
de antemano,
seré
otro :
aquel que cumple con la urdimbre.
Lo mejor es no lanzar la moneda,
y dejar que me guíe
el sueño, las estrellas,
y mi vida.
y la moneda:
anverso
sin reverso
envés
del todo estático
y errático,
Nadie escapa
del destino inextricable
ya fijado
por el todo
orgánico
relámpago-centella
oscura-claridad
que me detiene.
¿ para qué saber el futuro, si no lo podemos cambiar?
¿ Para qué si soy el muerto y la moneda
y aquel hexagrama la antítesis
mutada
entropía- dirigida ?
Si tiro la moneda
cae el mundo
y su destino,
si no lanzo la moneda
seré fuego
y piedra
o Heráclito en el río.
Si no lanzo la moneda
seré oro
o cangrejo
o la arena del desierto.
Si no tiro
el disco de cobre
que cae
en la boca del
que duerme en el Estigia
si no lanzo el instante
que es de arena
y obsidiana
que es de agua inmóvil detenida
si pulso el azar
para saber
aquello que sabemos
de antemano,
seré
otro :
aquel que cumple con la urdimbre.
Lo mejor es no lanzar la moneda,
y dejar que me guíe
el sueño, las estrellas,
y mi vida.
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