Le dijeron a aquella mujer que su madre moriría inevitablemente de un melanoma (cáncer) . Las caricias de su mano eran de color amarillo, parecían darle vida a la enferma. Crecían flores de su pecho, volaban mariposas por la triste habitación cuadrangular. La caricia parecía hacer un sonido tierno, como una canción de cuna, las lágrimas no demoraron en volverse humo, en volverse caricia del viento.
La caricia: extraño violín de las almas , música del más allá, ceniza que nos da la vida.
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