Espirales concéntricos - Respuesta a una carta

"Sabemos que el pasado, el presente y el porvenir ya están, minucia por minucia, en la profética memoria de Dios, en Su eternidad; lo extraño es que los hombres puedan mirar, indefinidamente, hacia atrás pero no hacia adelante" Jorle Luis Borges- El informe de Brodie - 1970

Querido(a) escritor(a) de esa carta que llegó a mis manos:

Intuyo ,que no hay nada detrás de las palabras, ni de ese mágico juego que es el lenguaje ni el constructo de nuestra mente. Apenas ya somos el tiempo malgastado, el jardín que nadie cuida y es abandonado, donde la maleza y el olvido nos arrasa . Nunca hubo jardinero, pero cada acto prefijado ya supone un desenlace predecible. Nuestro final no es un final sino un vago concepto de transformación hacia la nada, entre muchas nadas subsiguientes. ¿ De qué próximo olvido somos o seremos? ¿de qué recuerdo hacemos parte? . La trama y el desenlace son la misma cosa: un infinito número de sucesos que ocurren en la simultaneidad: agonías, sonrisas, orgasmos, besos, bestias, etc . Estos nos persiguen como el yugo que arrastra el buey. ¿Acaso cargamos con el futuro a nuestras espaldas y no hacia adelante como creemos en el mundo occidental ? Algunas culturas andinas ( como los Guambianos )  así lo afirman ,creen que el tiempo es un espiral y el pasado está sobre nuestras narices y el futuro atrás, y es que nuestro paso por el universo  son como los granos incontables de la arena del desierto. La repetición y el tedio , nos condena  a vivir de nuevo la ilusión de la realidad, las palabras y la memoria. Sin embargo todo ello son trampas del lenguaje. Para los Amondawas ( tribu del amazonas) solo existe un tiempo, su lengua no permite nombrar sucesos en el pasado o el futuro tal como lo relata Borges con la tribu de los Yahoo, bárbaros sin memoria, atemporales, y es que , realmente ya somos el pasado que fuimos, y el presente y la nada que nos invade desde el futuro, todo fluyendo en el instante que no se desvanece, sino que está grabado en la eternidad del caos.

 Por lo tanto ni siquiera el tiempo espiral es una realidad plausible, no hay nada de eso, no creo en el reencuentro ni en las casualidades, ni en las causalidades. Todo es eternamente el mismo acto, replicado: la misma mano que se extiende, el mismo beso que se extingue, el mismo libro ya olvidado, esas formas y actos que dieron al presente y que llamamos pasado no son pasado, suceden y no han dejado de suceder.  Nosotros somos los que sucedemos.

"La memoria erige el tiempo. Sucesión y engaño es la rutina del reloj" JLB.