Estás ahí desnuda y alucinada. Sé que vas a morir como yo. ¿ O Ya estamos muertos? ¿ ya somos ese instante perdido entre infatigables recuerdos?. Tal vez esto que estamos viviendo sea un recuerdo múltiple y multiforme del universo. Tal vez todo el cosmos , los átomos y la piel , sean solo evocaciones vívidas que asumimos como la realidad o como nuestras vidas.
Te miro y Hay una belleza indescifrable mientras duermes ahí, desnuda e indefensa como si hubieras muerto de sueño o espanto. Mis dedos te recorren para recordarte, para cristalizar el instante que ya es eterno y que sucede muchas veces en la simultaneidad. Y me lleno de compasión porque ya somos cadáveres del momento que se ha ido, muertos a futuro, caminando por las calles y las soledades, viviendo una vida prestada por el azar o algún dios terrible. ¡ Cadáveres del amor! Y Ese amor que ha muerto huele a pus, a sudor, a mierda y a sexo ¿ qué puede quedar después de un orgasmo ? ¡Nada!, y por eso no creo en dios, ni creo que haya vida después del amor, ni muerte después del olvido. ¿ al fin y al cabo qué es la muerte sino un poco de olvido y qué es el amor sino un poco de muerte ?.
Y si existiese la muerte , ¿qué podría ser mejor que morir en el otro, en la "otredad" ?, ¡Qué aburridos son los funerales y las despedidas definitivas! pero lo que nadie sabe es que ya morimos al nacer y que morimos en los otros. Los otros son un pedacito nuestro, un poco de nuestra muerte, de nuestra extinción que poco a poco se concreta, se va diluyendo y materializando en pequeños e innumerables fallecimientos: Besos, acertijos, canciones, lecturas etc. Pero mi deseo es sucumbir en la piel de una mujer ( real o imaginaria), prefiero ese destino que perecer de manera común, prefiero un instante fugaz y arder en las inmensas llamas de esa extinción convulsa y maldita de agonizar en cada resquicio húmedo y vibrante, a una muerte sin sentido y barata.
Y es que ¿acaso no tenemos derecho a elegir nuestra manera de expirar ? Pues yo elijo esa, dejar fragmentos de mi cadáver en cada cuerpo que profano con mi certera mortalidad, morir de ansias y de pudor antes que terminar desierto, con flores encima y un epitafio estéril.
Y mientras pienso en la forma de mi extinción definitiva e insidiosa, te volteas y me miras, nos envolvemos en las tinieblas como sombras felinas y azarosas. Solo deseo devorar tus ansias y hundirme un tu sangre tibia y cíclica. Morir en ti .
Fotografía por Nobuyoshi Araki |
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