¿Cómo podría vivir sin tus manos que son soles
Sin tus ojos que develan los misterios de las sombras?
¿Podría acaso alucinarte
Inconstante en las esquinas de las horas?
En espejos que repiten misterioso tu hábito secreto
Tu noche felina
Tu aliento de piedra
Tus vastos jardines que son fuego
Y obsidiana
Nada existe sin tus pasos
Ni tu cuerpo que es infierno
Ni tu pecho que palpita a los ritmos incesantes del submundo
No soy nadie en tu vasto océano de símbolos
No soy aquel que te amó
ni se ha llevado tu gato, ni tu vida
Soy solo una sombra que repite en los vastos laberintos tu nombre
Como si fueras un conjuro o un secreto sortilegio.
No soy nadie sino solo arena que decanta la clepsidra,
solo un hombre que es falible y que vive de tu aliento y tus ojos.
II
No cuidaré de tu gato
No seré quien habite tus jardines somnolientos
No seré quien se lleve tu memoria
Soy quien repite vanamente el conjuro de tu sueño
y habitar tus lóbregas ciudades pobladas de demonios y de mares
Seré un habitante de tu pecho
de tus largas soledades
De tu vasto e innúmero misterio
No soy nadie solo tuyo mientras le pertenezca al universo.
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