Breve reseña de Kafka en la orilla de Murakami

"A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir cruzándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta " Haruki Murakami - Kafka en la Orilla

¿Hay que aceptar el destino tal cuál se nos ha dado?¿ lo elegimos o él nos elige a nosotros? Sería responder a las preguntas principales de la filosofía. En la obra de Murakami: Kafka en la orilla, podemos encontrar al joven Kafka Tamura  perseguido por una maldición que repetirá  cual Edipo, la tragedia de Sófocles,  e intentará huir del designio fatal que lo persigue, pero se abrirá camino entre la maraña que se va tejiendo hasta cumplirlo a cabalidad. En el transcurso de la obra, el personaje enfrentará el sin-sentido, la finitud de su dasein, entrando en el submundo de los muertos, viéndose inmortal, en el tedio infinito de ser-para-siempre. 

Varias preguntas se abren camino en la obra: el destino como una línea recta que debe ser cumplida, la tragedia como el sentido de la existencia humana y finalmente la aceptación de nuestro rol en el juego del cosmos. Sería bello pensarnos como seres que cumplen una trama en la urdimbre cíclica del caos, sin embargo, nuestra historia insignificante en el cosmos nos dictamina lo contrario; no hay otro camino diferente al labrado por nuestras acciones ,por la decisión que marca un camino , ¿sería el destino un azar dirigido? ¿un camino de senderos que se bifurcan en su críptico laberinto?. 

Es probable que el libro simplemente esté diseñado para el consumo literario  de un mundo necesitado de sentido y alivie nuestras ansias metafísicas , lo cual yace muy profundo en el inconsciente colectivo de la humanidad. Una humanidad oprimida en el consumo, en los roles que el capital les dictamina en este espectáculo social, en esta sociedad del eterno aburrimiento, de la avidez de novedad. Donde todo pasa y nada nos llena, donde los slogans de las grandes compañías intentan vendernos cosas para llenar nuestras falencias más profundas y nuestra vida se diluye en la inautenticidad. Nos gusta creer que el destino existe, que el sentido lo dictamina en las sombras un demiurgo misterioso, pero no hay destino, sino caos, y la única salida es ir corriendo en medio de las sombras y gritar. Gritar los más alto posible, declararnos vivos y en estado de poesía perpetua, porque nada podría  tener más sentido que la belleza de estar inmersos en el misterio que solo terminará algún día en un parpadeo. 

Nakata y la lluvia de peces - autor de la imagen desconocido