I
Tendría que haber un lugar
donde la gente se sentara
y no pidiera un café
sino un beso
una canción
donde un libro abierto se escribiera
y las noches fueran tan silenciosas como el sueño
donde soportar la finitud
y el sinsentido solo se aliviara con arrojar una piedra
a un estanque lleno de almas y de manos
y las risas detenidas
en la noche circular
simplemente ahogaran tantos gritos
tanto insomnio
tantas ganas de estar vivo en la selva somnolienta
de los nadies
un lugar donde las vastedad nos colmara con su agua luminosa
y el fango silencioso ahogara nuestra ganas
nuestro frío
nuestra muerte.
II
Y de un salto mágico al vacío
saber que todo era cierto
que el instante abrumador que se abismaba
era eterno
un lugar donde al mirarme, te miraba.
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