Querida @&@#&;..
No suelo escribir muchas cartas. El género epistolar no es mi fuerte. Empezaré diciendo que nuestra vida además de ser una eterna imagen que trasciende la palabra, es un conjunto de fenómenos, de sucesos que circulan en la trama que se abisma. Entre esta infinita red de indra que nos atrapa, están los olores: a calceta, a nube, a perro, a libro, a pasto recién cortado, a lluvia que acaba de cesar, a beso, olor a grito, a sábado por la noche. Todo es un aroma recordado y secreto. Tal vez a ello se habrán referido los filósofos con la " esencia de las cosas", un atributo que distingue a un ente de otros, eso que hace que algo sea una cosa determinada y aunque no quiero entrar en ontologías fantásticas, es bien sabido que todo se resuelve siempre en su antítesis para terminar siendo siempre otra cosa y la esencia se disuelve como un relámpago de piedra, como una pelusa de gato en medio de la lluvia.
El perfume |
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