Y si alguna vez estuve ciego, Mentí.
aunque cierre los ojos
el desvanecimiento ocurre finitamente
la máscara mutada del que será y la sucesión instantánea
de este sueño cíclico.
Mis manos buscan perderse en este bosque oblicuo y silencioso.
Las olas frías
y tumefactas me devuelven un hálito secreto,
el frío del sur congela mis huesos y mi soledad
soy de ceniza ;
un recipiente de horas que se desborda en su vértice,
un amasijo de sangre y pasado
un procastinador de la muerte.
¿ Qué queda después del después?
después de las horas,
después del amor
después de estar dormidos
en la selva fragmentaria de los hombres?
No quiero ser otra estatua en el jardín del tiempo,
no quiero tantas ruinas para mí,
solo quiero despertar un día
y saber que todo es cierto
que nunca estuve vivo.
Escrito en Uruguay. Año 2016
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