Amor Fati - capítulo 10 -

" «La fórmula para expresar la grandeza de un hombre, amor Fati: no querer nada diferente de lo que ha sido, de lo que es , o de lo que ha de ser. Soportar lo fatal; más aún: no disimularlo; más aún: amarlo». Ese canto ferviente de amor a las potencias ahoga ditirámbicamente los gritos de dolor: arrojado a tierra, vencido por el silencio, devorado por sí mismo, roído por todas las amarguras del dolor, no levanta jamás su mano para que el destino lo abandone. Al contrario, reclama una miseria mayor todavía, una soledad más profunda, un sufrimiento más completo; siempre lo máximo que puede resistir. Si alza sus manos no es pidiendo gracia, sino al contrario, su oración es la de los héroes: « ¡Oh!, voluntad de mí alma, que yo llamaré mi destino, tú que estás en mí, por encima sírvame y concédeme un destino grande.» Y el que así sabe orar, es escuchado. " Stefan Zweig - lucha contra el demonio. 

Amar el destino como una piedra con la que se tropieza, amar el fuego incisivo , devorar y roer el destino. Lanzarse al abismo sin fin. ¿ Puede haber fondo en el cono inverso , el hondo hueco de las horas, la inconstancia? ¿ puede existir acaso otro instante más sublime que el ahora con su ápice incierto y la inexorable ruta del que ya no es nadie? .

Pido a los dioses terribles cualesquiera que sean, la dichosa fatalidad, la intrascendencia, la divinidad de lo cotidianamente cruel, lo que sea para soportar la cordura, el café de la mañana, el gato en el tejado, la dulzura del azúcar , para soportar los semáforos y la poesía, las noticias y las tragedias, los pastelitos de cumpleaños con menos velitas cada vez, lo que sea que me levante del insomnio y de la terrible obligación de parecer, de existir y de vivir como una piedra amarilla. Solo quiero no respirar más como un animal asustado, sino salir corriendo, ver como nacen las estrellas en su noche eclipsada de devenir, saber que hay otro cielo donde se puede volar sobre los intersticios del tiempo sideral. ¿ Será mucho pedir  ser nadie en el mundo  de los nadies y asir mi destino como una rueda en espiral que retumba en los peñascos del Tártaro?.