"Los seres sintientes, los humanos, e incluso la vida son tan sólo de la naturaleza de un sueño, el mundo y sus cosas son como la espuma, como un arcoiris, como una ilusión, como un trueno que pasa rápidamente en la oscuridad. Son como el reflejo de la luna en el agua. Como un espejismo" -Buda, El sutra del Rey de los Samadhis
Las caras se miran en el río y pasan. Los rostros deformados son otros. Somos los otros, los nadies, los que seguramente ya serán y fueron. La espuma de los sueños se desliza en los intersticios del recuerdo, de la memoria orgánica del cosmos. Un trueno dispersa la oscuridad, y es ese simple hálito inmortal que llamamos vida, pero que perdura como un todo fragmentario que persiste en las edades, en cada piedra y cada cosa que respira y que inhala este sueño. Ya hemos sido soñados y deconstruidos, ya hemos trasegado y vuelto a cargar la piedra de Sísifo.
Solo hay una salida y es romper el espejo, tomar para siempre el agua del leteo, y abrirse en la oscuridad como una flor nocturna.
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