A veces es bueno
sentirse confundido,
sin rumbo,
sin respuestas.
A veces es bueno
no tener certezas,
ni acertijos,
ni puentes,
ni soledades.
A veces es bueno
estar confundido,
por el amor
o el silencio
o el mundo
que gira sin regreso.
Por el tiempo
que pasa
sin olvido
o las horas
del día
que se vuelven
rosas
o los besos
que se vuelven rocas.
A veces es bueno
estar confundido,
pero solo a veces.
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