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"No hay Poeta por mediocre que sea, que no haya escrito el mejor verso de la literatura, pero también los más desdichados" Jorge Luis Borges

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30/12/12

dios eterno y solitario.

"En mi vida, si se puede llamar así, hay tres cosas: la incapacidad de hablar, la imposibilidad de estar en silencio, y la soledad, que es lo mejor que he hecho". Samuel Beckett.


Todo es soledad y finitud.
Oficinas,
parques
y avenidas.
Libros
y rostros suicidas.
Laberintos
y poemas,
la soledad de los huesos
y las promesas.
Soledad hasta
en los partidos de fútbol
y en el sexo.
En el beso
y los semáforos.
En las sombrillas
y los espejos.
No hay nada
que no lo sea.
Y si hay
algo en que
nos parecemos
a dios,
es esa puta
soledad.
Fue la soledad
la que creó
a dios.
Al tipo más solitario
de todos.
La muerte nos
redime
de la eternidad
como esfinges
sin memoria,
pero dios,
inmóvil,
ahí
observando
la incesante
eternidad,
nos acompaña
con su memoria
irrevocable.

Solo el tiempo
y el olvido
sabrán
que nos
hemos ido.


Pobre dios. A veces creo que es el ser más solitario ideado por la crueldad humana. Tal vez dios no creó el universo, sino que fue la soledad. Esa Puta silenciosa, sin pretensiones de nada, porque tiene el don de la ubicuidad, de lo absoluto. Así, El tiempo fue forjado en mágicos misterios por nebulosas inconstantes. Átomos y partículas originaron el universo interminable, Poemas sin ritmo ni palabras, todo es del vacío que lo llena y que dio origen a las formas, al silencio, al fuego eterno del olvido, a la piel y la mierda, a la grasa que llena los culos de las chicas, al rock y la cerveza. Todo es idea de ese creador interminable que nos hizo de tiempo sin memoria, nos condenó a la vida, pero nos prometió la muerte como finitud. Pero dios, también  sujeto a ese azar, fue condenado al terrible tedio de existir por siempre, a vivir en todos los tiempos, a repetir  infinitamente la misma novela trágica y estúpida de la historia humana, a conocer los aburridos destinos de cada persona, a conocerlo todo sin intervenir en nada, porque estamos condenados a la libertad y a la vida. Él, cansado del porno, de las revistas viejas, de la humanidad,de las súplicas, de las guerras, la sangre y la mierda y que posiblemente su única salvación sea Bach;  nos observa, casi mudo, en su quietud eterna, preguntándose : ¿ cuándo será el día de mi muerte ?.


Lo que hace dios en su soledad.

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